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Si se siguen los consejos de los mejores economistas del mundo, que es lo que se hace hoy en día, la crisis resulta una gran oportunidad para el cambio, una nueva oportunidad para el  lanzamiento de nuevas ideas que mejoren los errores cometidos y que han provocado la crisis. Todo en favor del progreso y del bienestar de la sociedad.

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Pues bien, por una parte, la crisis ha puesto al descubierto los abusos del poder financiero, al cual se trata, con un empeño lento y con un éxito discutible, de poner unos límites. Por otra parte, la crisis económica a puesto en evidencia las limitaciones de un sistema democrático, demasiado familiarizado con ese poder financiero y al cual se pretende mejorar con prácticas de democracia más participativa y con la creación de nuevos movimientos y nuevos partidos políticos con nuevas ideas. El poder político está siendo castigado por su dejación de funciones. Los grandes partidos han visto perder apoyos. Cada país a visto caer al gobierno que le dirigía durante la crisis económica. Cayó Bush, Zapatero, Sarkozy, Berlusconi como cayó Lehman Brothers, Goldman Sachs, Enron, aunque años después más de uno siga ahí, bajo los focos, como Goldman Sachs, o en la sombra, como más de un ideario politica delitivo por su responsabilidad en la crisis.

 

Cada poder de la sociedad ha sido y está siendo juzgado por su contribución a unos hechos que provocaron la perdida de mucho dinero y de muchos puestos de trabajo. Pero aun queda un juicio. El juicio sobre el cuarto poder.

 

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​Por supuesto esto no ha sido una crisis uniforme. Cada país la ha sufrido por diversas consecuencias. En España, la corrupción política y la especulación financiera han expoliado el país. En Italia y Grecia, la crisis tiene más tintes sistémicos políticos.

 

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​​El periodismo ha pasado por mejores momentos a lo largo de su historia. Actualmente, la profesión vive uno de sus peores tiempos. De un lado, la crisis económica y la competencia mediática complican los ritmos de un buen trabajo periodístico. De otra parte, el cambio del sector como consecuencia de la aparición de nuevos formatos, desorienta a periodistas y editores sobre cómo hacer, utilizar y desarrollar la información. Todos abogan por la necesidad de encontrar un nuevo modelo de gestión, pero pocos hablan de una revisión de la deontología periodística y de sus métodos de trabajo.

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El periodista no es percibido en la calle con agrado. Tiene la misma consideración que el político, como si uno y otro trabajaran hombro con hombro. También la labor periodística se menoscaba por su relación con el mundo publicitario, considerando asi sus informaciones como simples publi-reportajes. Por todo esto es necesario un debate profundo sobre la práctica periodística, para reformular los conceptos que atrajeron al periodismo a gente como Norman Mailler, Albert Camus, Miguel Delibes, García Márquez...

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Profesores de periodismo, de derecho, de comunicación así como periodistas activos analizan aqui profundamente el actual estado del periodismo. Todos dan sus puntos de vista sobre el comportamiento del periodismo en la crisis económica, sobre la actual tendencia de concentración mediática que pone a la mayor parte de los medios bajo el control de las entidades financieras, sobre el posible conflicto de intereses entre la redacción de un periódico y su propietario financiero, sobre si los medios de comunicación tienen suficiente independencia periodística para satisfacer al ciudadano su derecho de información. ​

 

​También se analizan aquí las ayudas que recibe la prensa. ​Si los medios tienen el derecho de recibirlas siendo como son entidades privadas que responden a intereses económicos y si estas ayudas se utilizan bien.

La gente de la calle también participan de esta reflexión dando su opinión sobre la profesión y todo sin perder de vista aquí lo que la profesión tiene de fascinante y que marca el camino del mejor periodismo.o.

La crise económica que crecía por todo el planeta terminó por estallar en Estados Unidos. Durante más de una década, sociedades de inversión, sociedades de financiación, bancos comerciales y aseguradoras han realizado fraudes sistemáticos. Las relaciones del cuarto poder con el poder financiero incrementan las sospechas sobre su complicidad en la crisis. ¿Qué tipo de información se puede dar cuando los accionistas de los medios de comunicación más importantes son este tipo de sociedades?

​​​por como habían animado la compra de acciones que no valían nada, por no haber hecho más que vender sus informaciones como promociones. Todo esto junto a la composición accionarial de los  grandes medios de comunicación, compuesto por las grandes firmas financieras, y unido al poder seductor del dinero fácil de la publicidad, construye una serie de indicios que llevan a reflexionar sobre la calidad de la información que la sociedad recibe. Por supuesto no hay que generalizar, pero si hay que separar las buenas prácticas periodísticas de las malas, aunque sea difícil cuando las corporaciones mediáticas cuentan con grupos de accionistas tan parecidos.

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​Sea por omisión, por incompetencia, o por avaricia, o sean totalmente inocentes, no hay que descartar ninguna posibilidad, el periodismo debe ser el siguiente en el banco de los acusados. Hace falta descubrir si la mala imagen que pesa sobre el periodista es a causa de la necesidad de encontrar un chivo expiatorio por parte de la sociedad o por todo lo contrario. De perro guardián a chivo expiatorio no hay un largo camino. Hay que saber si la información que la sociedad recibe es suministrada por cómplices o por inocentes a los que su liberalismo ingenuo les ha llevado a no ejercer con rigor su profesión.

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Las crisis son oportunidades para el cambio. Quizás sea el momento de cambiar las formas de hacer las cosas. Quizás hace falta comenzar por escribir blanco sobre negro los pecados del periodismo. De aquí saldrán las virtudes. Para evitar crisis futuras que no tardaran en llegar. ​


 

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​Pero con sus particularidades, la crisis tiene un denominador común derivado de su protagonista principal, la especulación financiera, los abusos cometidos por los bancos y las sociedades de inversión y calificación, y es en Estados Unidos donde estas tienen su nido principal.

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Las investigaciones hechas a posteriori, siempre a posteriori, sobre los hechos que han ocasionado la crisis han concluido que se podría haber evitado o como mal menor mitigado.

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​Desde finales de los años 70 en EEUU, se ha ido liberalizando el mercado financiero. Esta liberalización también ha repercutido en un mayor liberalismo en Europa y Asia, a la hora de entablar relaciones comerciales con las empresas americanas y a la hora de extender estas sus filiales por todo el mundo.

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​​De forma más evidente, desde 1998, se han venido realizando una serie de fraudes por parte de de entidades financieras. Fraudes que tarde o temprano son castigados por el regulador correspondiente pero que no suponen apenas castigos porque son fraudes que se vuelven a acometer, entre otros motivos porque no con llevan responsabilidades penales.

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El estallido de la burbuja de internet al comienzo del siglo XXI debió de ser un indicador suficiente para descubrir los fraudes de la especulación financiera, de que algo no funcionaba bien en Wall Street. Al final de esta época comenzaron a surgir algunos artículos criticando el trabajo periodístico. ​En ellos se criticaba el trabajo de los periodistas, sobre todo económicos, por cómo se habían creído todo aquello que le decían las corporaciones financieras sin investigar nada,​

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​En 1998, un acontecimiento deviene como fundamental para la deriva financiera que aconteció después. La eliminación de la ley Glass-Steagall por el gobierno de Bill Clinton. El poder financiero hizo bien su trabajo de presión para eliminar una de las leyes que limitaban sus funciones y que se estableció tras la crisis de 1929. El poder político satisfizo así las pretensiones del poder financiero auspiciado también para un  cuarto poder que animaba al cambio calificando la ley de retrograda.

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En estos tiempos, no hay periodista capaz de sostener esta postura. Pero en aquellos momentos, EEUU vivía el comienzo de la crisis de la burbuja de internet. Una crisis que llevó a muchas empresas de internet del cielo al infierno bursátil, y con ellos a pequeños y grandes inversores. Esta crisis dejó al descubierto la avaricia financiera y la ingenuidad mediática. El dinero corría con facilidad hasta que dejo de existir. Los medios llevados unos por su ingenuidad, otros por su incompetencia, otros pos sus intereses, creían sin duda los comunicados emitidos por las entidades, las cuales usaron a los medios para vender las acciones que finalmente no tenían ningún valor. Nadie o casi nadie, trató de investigar nada.

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Durante esta época, se cometieron una serie de abusos financieros que deberían haber servido de aviso a las autoridades y de pista a los medios, sobre cómo funcionaba muchas sociedades bursátiles. Los medios tenían la información porque ellos informaban de las multas impuestas a la sociedades delictivas, de los juicios que se abrían contra ellas, de las denuncian que se vertían contra ellas, ellos estaban ahí siempre informando después de la comisión del delito.
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Y después de todo este despropósito de fraudes, juicios y multas, cayó Lehman Brothers y Goldamn Sachs. Difícil sorprenderse si la película ha sido vista desde el principio.


¿El periodismo es también culpable de la crisis económica?​

JP Morgan, están de

Compañías de periódicos más importantes de Estados Unidos.

La información que la sociedad recibe y de la que se nutre los medios de comunicación de todo el mundo depende en gran parte de ellos. The New York Times y The Wall Street Journal, dos periódicos tan diferentes como parecidos. 

Un recorrido por dentro de estos dos grandes del periodismo mundial da un buen ejemplo de lo que es una empresa de información, con sus medios para conectarse con la sociedad y con sus accionistas para mantenerse a flote.

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​haber hecho los medios de comunicación antes de la crisis a través de su comportamiento en esta época.

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​España por ejemplo, que sufre la crisis económica más profunda de su historia reciente. La corrupción política y financiera ha expoliado al país del orgulloso  bienestar alcanzado tras su transición política después de su guerra civil. Los medios de comunicación, formados por grandes empresas y grandes grupos accionistas, estan intensamente politizados. Curiosamente ha sido la corrupción política la que ha lastrado al pais à traves de la especulación financiera con el dominio de las cajas de ahorros, la especulación inmobiliaria y el despilfarro de dinero público.

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Pocos denunciaron el peligro de la venta de preferentes por parte de los bancos, o el control que los partidos ejercian sobre las cajas de ahorro, o el excesivo peso que representaba el turismo y el sector inmobiliario en el producto interior bruto del pais. Y aquellos que lo hacían, lo hacian desde la perspectiva ingenua de la especial indosincrasia de este pais.

​​La necesidad de dar el mejor servicio a ambos a veces deviene en conflicto. Saber quien es el ganador de este conflicto de intereses depende de un profundo análisis de la cultura de la empresa, de su composición, de su comportamiento, de sus relaciones.

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Que The New York Times tenga en el interior de su accionariado a la sociedad de inversión Goldman Sachs no quiere decir nada. Que una gran parte de su accionariado sean sociedades de inversión y de financiación tampoco. Que los máximos responsables de la compañía sean poderosos hombres de negocios con intereses en todo el mundo no significa más que eso mismo.

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News. Corp. es incluso más poderosa que The New York Times en materia de medios e intereses internacionales. Su imperio mediático se extiende por todo el mundo, y como The New York Times, grandes sociedades financieras y hombres de negocios componenen su accionariado, como por ejemplo JP Morgan, entidad con un rol principal en la crisis économica, pero esto no significa mas que esto mismo.

El entorno mediático está cada vez más concentrado. Toda la información depende de menos medios, de menos empresas. Estas poseen y son poseidas por un pequeño Wall Street desde su interior. 

Recorrido por los hechos.

Análisis.

Se podría pensar que  las mejores personas para preveer una crisis económica y financiera son hombres de negocios, con conocimientos financieros profundos, con contactos en el interior del mundo de Wall Street. Precisamente hombres con un curriculum parecido a aquellos que componene los organos ejecutivos y administrativos de las grandes corporaciones mediáticas.

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​A lo largo y ancho del mundo, hay muchos casos ilustrativos sobre lo que podría y no podrían

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​El periodismo es unos de los sectores profesionales que más han sufrido y sufren las consecuencias de la crisis económica. A la precaria situación del mercado de trabajo y de la economía, se le añaden los cambios de formatos y de la formas de consumir la información. Ésta es la versión oficial. Porque los medios de comunicación continúan formando parte de un segmento de mercado muy apetecibles por las grandes corporaciones y los grandes inversores.

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​​También constatar que en los periodos de prosperidad que han antecedido al estallido de las crisis, los medios de comunicación se han visto impulsado por el dinero fácil de la publicidad. No se han visto al margen de los despilfarros ni de las suspuestas gangas que el mercado ofrecía.

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Durante la burbuja de internet, los medios vendían acciones que poco tiempo después se demostró que no tenían el valor establecido. En tiempos anteriores al estallido de la crisis económica de 2008,

​​​los medios de comunicación vendían servicios financieros y activos inmobiliarios imposibles de rentabilizar. La publicidad ayudó a todo esto. El periodismo recibió su compensación.

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En las gráficas siguientes se puede comprobar los ingresos publicitarios y de circulación de los periódicos americanos en los últimos 20 años. También un listado de las compañías más importantes  y su composición accionarial.

 

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